La estrella de H. G. Wells

El primer día del nuevo año, tres observatorios anuncian que el movimiento de Neptuno se ha vuelto extraño. Un hombre llamado Ogilvy ya había notado que se estaba desacelerando en diciembre. La mayoría de la gente no se preocupa por esta noticia porque muchos ni siquiera saben que Neptuno existe. Fuera de los astrónomos, el descubrimiento de una luz tenue cerca de Neptuno no causa mucha emoción. Sin embargo, los científicos lo encuentran muy interesante. El nuevo objeto se está haciendo más grande y más brillante. Su movimiento es diferente del camino habitual de los planetas. Neptuno y su luna están siendo afectados de una manera nunca antes vista. La mayoría de la gente no puede imaginar cuán vasto y vacío es el espacio. El sol y sus planetas, junto con planetoides y cometas, flotan en una enorme vacuidad. Más allá de Neptuno, solo hay espacio, sin calor, luz ni sonido, extendiéndose por miles de millones de millas. Esta es la distancia más pequeña a las estrellas más cercanas. Hasta principios del siglo XX, ninguna materia había cruzado este espacio, excepto por unos pocos cometas. Entonces, aparece este nuevo objeto.