Hay una pobre viuda con un único hijo llamado Jack y una vaca llamada Blanca. Viven de la leche que la vaca da cada mañana, la cual venden en el mercado. Pero una mañana, Blanca no da leche, y están preocupados. "¿Qué haremos?" pregunta la viuda, angustiada. Jack intenta consolarla. "No te preocupes, madre. Encontraré trabajo." Su madre responde, "Hemos intentado eso, y nadie te contrató. Necesitamos vender a Blanca y usar el dinero para abrir una tienda o algo." "Está bien, madre," Jack acepta. "Hoy es día de mercado. Venderé a Blanca, y lo resolveremos." Jack lleva a la vaca y se dirige al mercado. En el camino, se encuentra con un extraño anciano que lo saluda, "Buenos días, Jack." "Buenos días," responde Jack, sorprendido de que el hombre sepa su nombre. "¿A dónde vas, Jack?" pregunta el hombre. "Voy a vender nuestra vaca en el mercado," responde Jack. "Pareces la persona adecuada para vender vacas," dice el hombre. "¿Sabes cuántos frijoles hacen cinco?" "Dos en cada mano y uno en la boca," responde Jack rápidamente. "Correcto," dice el hombre, sacando unos frijoles inusuales. "Ya que eres tan listo, te cambiaré estos frijoles por tu vaca." "¿De verdad?" dice Jack, escéptico. "Debes estar bromeando."