Alto sobre la ciudad, una estatua del Príncipe Feliz se alza en una alta columna. La estatua está cubierta de oro, tiene ojos de zafiro y un rubí en la espada. La gente admira la estatua. Un concejal dice, "Es hermoso, como una veleta de gallo, pero no útil." Una madre le dice a su hijo, "Sé como el Príncipe Feliz. Él nunca llora." Un hombre triste dice, "Me alegra que alguien sea feliz." Los niños dicen, "Parece un ángel." El Maestro de Matemáticas dice, "Nunca has visto un ángel." Los niños dicen, "Los vemos en sueños." El Maestro frunce el ceño. Una noche, una pequeña Golondrina vuela sobre la ciudad. Sus amigos se fueron a Egipto, pero él se quedó porque ama a un hermoso junco. La conoció en primavera junto al río.